Bueno, bueno... después de un fin de semana ciertamente agotador por fin puedo ponerme a escribir la crónica del viaje a tierras cordobesas, en concreto a Palma del Río, donde tenía lugar la primera cita del nacional de tierra.
El viaje lo teníamos pensado desde hace tiempo y según se iba acercando el fin de semana las ganas de ver un rallye iban en aumento. El viernes por la mañana me imprimí los tramos y ya por la tarde llamé a un par de copilotos que corrían y a mi buen amigo Nacho Tamayo, que estaba de jefe de tramo, para que me contaran que tal estaban los tramos y que zonas nos recomendaban.
Alrededor de las 00:30 del viernes mi amigo Pablo y yo salíamos hacia Palma del Río, con las ganas habituales de volver a ver un rallye, y si es de tierra con más motivo aún. El viaje no se hizo largo y cuatro horas después estábamos llegando a nuestro destino. Una vez allí nos metimos al final del tramo B, pero nos pareció tremendamente rápido, así que nos fuimos al A donde nos sorprendió mucho la cantidad de gente que había durmiendo en coches y tiendas de campaña, así que decidimos quedarnos allí a echar una cabezadita, no sin antes llamar a la otra parte de la expedición, que ya estaban de camino.
Tras una breve cabezada, sobre las 7 de la mañana empezó a llegar el público, y debe ser que como Palma del Río es pequeña, un grupo de varios chavales se pusieron al lado de nuestro coche con sus motos de campo, y al grito de: "Arsaaa Quilloooo" nos despertaron, así que el sueño fue bastante corto. Al cabo de una hora más o menos llego la parte del grupo que faltaban, así que ya estábamos los siete.
El tramo A estaba muy bien, era un tramo artificial pero nada que ver con el habitual tramo X, con zonas rápidas y otras lentas y desde cualquier parte del tramo se podían ver varios kilómetros del mismo. La verdad que el nacional de tierra es de lo más espectacular que se puede ver, y si hablamos de los pilotos punteros el espectáculo es indescriptible, como por ejemplo Pons, Solá y Lemes... Sin comentarios. Poco a poco la temperatura fue subiendo, y la sudadera ya sobraba, lo que unido al buen ambiente que había gracias a la guasa de las gentes del sur, la jornada estaba resultando de lo más agradable.
Las otras dos pasadas siguieron según lo previsto, teniendo que esquivar alguna que otra piedra pero bien, así que tras recoger las banderas madrileñas con las que animábamos a nuestros pilotos recogimos las mochilas y nos fuimos al centro de la localidad que da nombre al rallye, para hablar con los amigos que había por allí, como Pepelu y Julián Vera, que a pesar de sus problemas mostraban una gran sonrisa como siempre, o a los comisarios que conocía del Jarama, de los cuales debo reconocer que sentí algo de envidia sana... También estuve hablando un rato con Marga y Miguel, "nuestros técnicos" que me estuvieron aclarando algunas dudas sobre la brida de los Subaru y los Mitsubishi.
En este rato también pude hablar con Rodri, que salía de copiloto con Arne y que se habían tenido que retirar tras romper la caja de cambios y se les notaba ciertamente "de bajón", el cual me contagio un poco, pero ellos ya saben que hay que tirar pa´ delante y estoy seguro que así lo harán ¡Ánimo chicos!
Tras comprar algún refresco y barras de pan, nos fuimos al tramo C, donde pudimos apreciar las evoluciones de los coches... y de las chicas cordobesas, que a más de uno nos dejó con ganas de volver a bajar a Córdoba en 2010. En lo "profesional", en la primera pasada nos fuimos a un cruce, donde salvo Fuertes que casi arranca una ruefa contra un murete de cemento, el resto pasó bastante "light", así que tras esa pasada nos fuimos de nuevo debajo de los olivos a comentar las anécdotas del día y a reconocer que el día ya empezaba a pesar, al igual que la temperatura que iba en aumento. Prefiero no pensar cómo debe ser Córdoba en Agosto...
La última pasada nos iba a deparar una de las imágenes más espectaculares del día, cuando Pons que se iba jugando el rallye cortaba la curva literalmente por el cesped, sin pisar el camino, pegando botes para todos los lados... ¡Im-presionante!
Tras esta última pasada fuimos de nuevo al parque cerrado, donde estaban pesando los coches y donde por fin pude hablar con Paloma y Nacho, que después de un agotador día de rallye como Jefe de Tramo también se les notaba el cansancio, el típico "cansancio de rallye". También pude hablar con Pepelu, que tras superar un duro día junto a Julián la alegría de su rostro lo decía todo, puesto que terminaron menos de la mitad de los inscritos, motivo más que suficiente para estar alegre, y estoy seguro que este año tendrán más de una alegría.
Tras esto nos pusimos en marcha de nuevo hacia Madrid alrededor de las 18:30 y tras un viaje que se me hizo más pesado que la ida, llegué a Madrid sobre las 23:00, después de un duro día...
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